lunes, 28 de septiembre de 2009

El elefante africano es un poco mas grandes que el elefantes asiático. Llegan a medir 4 metros o un poco mas de altura y pesar un poco mas de 7 toneladas. Tiene orejas muy grandes comparadas con las del asiático. El elefante Africano tiene menos uñas en los pies y su trompa tiene dos “dedos” (como separaciones en la trompa) en lugar de uno.

Los elefantes africanos se dividen en 2 razas: las de los bosques o bosquetes quienes eran los que tenían mas territorio y los de la selva que tenían menos territorio. Los dos se han reducido dramáticamente a lo largo de los años.

Estos elefantes están peligro peligro por la caza excesiva y por la deforestación. También les afecta un poco la contaminación ya que si el agua que toman esta contaminada se pueden entoxicar.

Depredadores
Conviene citar al hombre, que ha perseguido al elefante africano desde la antigüedad, tanto por su carne como (más frecuentemente) por sus valiosos colmillos. Esta caza se disparó en los siglos XIX y XX, cuando se le unió la caza por deporte, cada vez más demandada por las élites norteamericanas y europeas, y la conversión de grandes extensiones de selva y sabana en plantaciones. En 1989 se prohibió la caza del elefante africano y el tráfico de marfil, después de que la población pasase de varios millones a principios del s. XX a menos de 700.000, habiéndose reducido en un 50% durante la década de los 80. Los científicos calcularon que, de seguir la tendencia existente y no tomar ninguna medida, el elefante se extinguiría en 1995. Por suerte, la protección de que goza actualmente este animal ha surtido efecto y eso ha podido evitarse, pero a pesar de que los gobiernos africanos imponen cada vez penas más duras contra el furtivismo, la caza furtiva sigue produciéndose hoy en día. El CITES sigue considerando que la especie está en peligro de extinción.

Lastimosamente aún sigue siendo una especie muy apetecible para comerciar con ella, para ser finalmente destinada a los crueles circos con animales. Muchos de ellos son capturados de pequeños y entrenados con golpes, falta de comida y gritos para que realicen piruetas ridículas que van en contra de su naturaleza. Además los cazadores que matan a estos animales tienen que pagar una multa de 10.000 € y les quitan la licencia de caza.

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